“...jamás he entendido propuestas como ‘mi cuerpo, mi elección’, cuando es claro que el embrión, feto o bebé que una madre porta ya no es parte de su cuerpo, y nadie tiene derecho a decidir sobre esa nueva vida. Por ello, por mi formación humanista y cristiana, en caso de que la nueva Constitución apruebe la eutanasia prenatal, más allá de lo que ya está estipulado en los códigos actuales, precisamente por cuestión de conciencia sería el primero en votar no en el referéndum aprobatorio”.
Nosotras exigimos un debate honesto, exigimos que se diga la verdad. El presidente no maneja un discurso claro ni verdadero. No es verdad que un embrión, un feto y un bebé sean lo mismo; tampoco son lo mismo que un óvulo, la célula germinal que todas eliminamos en cada periodo menstrual, y que de hecho, es el primer eslabón de esa cadena del desarrollo de la vida que el presidente menciona. Es importante identificar que se trata de diferentes estados de la vida, para entender que impedir la fecundación por medios anticonceptivos o abortar un embrión carente de sensibilidad nerviosa durante las primeras semanas de gestación (dos formas distintas de interrumpir el proceso de posible existencia de vida humana), no es lo mismo que eliminar un bebé humano, un sujeto nacido, con sensibilidad. No es lo mismo y no es correcto que el presidente, al igual que los grupos autodenominados “Pro-vida”, hablen como si lo fuera.
Además, nos parece indignante que Rafael Correa concluya que una mujer embarazada es portadora de un ser que ya no es parte de su cuerpo. Nos preguntamos si le está dando ciudadanía al embrión, porque no puede estar hablando de la maternidad como el compromiso y vínculo profundamente laborioso y de por vida que es, que empieza por alimentar, cuidar, ayudar a crecer y conocer y que nunca, nunca, deja de ser parte de una. De hecho, nosotras que nos consideramos algo más que incubadoras humanas, sabemos que es la conciencia clara de la enorme dimensión de la maternidad lo que hace que cada una, según sus circunstancias, criterios y creencias, decida proseguir o interrumpir un embarazo no planificado.
Finalmente, no es cierto que toda persona cristiana o humanista deba, por principio, oponerse al derecho a un aborto seguro. Nosotras, mujeres de izquierda, católicas muchas, amamos y defendemos la vida digna: esa experiencia sensible, con libertad de conciencia, con la potencialidad de transformar el mundo con su trabajo, que merece sentirse como cálida, autónoma y plena. Nosotras defendemos la dignidad de la vida, incluida la de las mujeres.
Nosotras hablamos de una dignidad expropiada a la gran mayoría de niños, niñas, jóvenes, adultos y adultas de este país, estos sí nacidos y crecidos, en esta sociedad que tiene entre sus elites autoproclamadas “Pro-vida” un buen ejemplo de la hipocresía de vivir la opulencia entre la miseria, la doble moral de mirar en los niños empobrecidos de estas calles pequeños delincuentes, mientras atraviesan la ciudad en autos de lujo desde casas resguardadas por guardias privados para llegar a las manifestaciones anti-aborto.
Es claro que sólo desde esa ubicación social, siempre en el mismo tono de patriarca paternalista, ese tipo de hombre benévolo y severo, que se arroga el derecho de resolver según sus valores qué debe ser lo mejor para todas las personas bajo su dominio, se puedan decir cosas como:
Vida Humana
Nuevamente, exigimos que se diga la verdad al entablar esta discusión. No es cierto que un aborto practicado durante las primeras semanas de gestación, con el método médico adecuado, ponga en peligro la salud física o mental de la mujer que decide abortar, ni que en este procedimiento la mujer esté matando un niño, como tampoco lo está haciendo en cada periodo menstrual ni a través del uso de anticonceptivos.
Tampoco es cierto que interrumpir el proceso de gestación durante las primeras semanas sea matarnos unos a otros por conveniencia. Violentas, genocidas, realmente atentatorias contra la vida (no como una posibilidad sino como un hecho) y por conveniencia económica, son hazañas como los bombardeos sobre la población civil iraquí y el empobrecimiento masivo de los sectores excluidos de las empresas por parte de los grandes propietarios de este mundo. No es correcto que los grupos autodenominados “Pro-vida” hagan estas afirmaciones falsas para sumir en la angustia y la culpa a las mujeres que deciden abortar.
No, señores y señoras “Pro-Vida”, los servicios sociales estatales no se recortan para favorecer el aborto y la eutanasia (dos cosas muy distintas), sino para que las empresas que sus familias poseen no tengan que sostener económicamente a los sectores empobrecidos a través del pago de impuestos, lo que ustedes llaman, construir un país adecuado para la inversión de las empresas nacionales y extranjeras por su mano de obra barata.
La gran mayoría de las mujeres y las sociedades sufren de maneras incomprensibles para ustedes y, más aún, fomentadas por ustedes desde el lugar indialogante, autoritario y voraz que han decidido ocupar.
Nosotras, estamos dispuestas a debatir y decididas a seguir trabajando por los derechos que construimos a través del ejercicio directo y la lucha abierta.
¡Sostenemos que debe protegerse el derecho al aborto terapéutico contemplado en la Constitución del 98 y, más aún, planteamos que el derecho a un aborto seguro debe ser extendido a todas las mujeres!
¡A diferencia de los patriarcas paternales, amenazantes y castigadores, confiamos en la capacidad de decisión inteligente de las mujeres de este país, y defendemos ese derecho a elegir!
¡Criticamos los discursos amenazantes que inducen a la gente a rechazar la nueva Constitución en caso de que ésta viabilice el derecho a un aborto seguro sin restricciones!
¡Denunciamos los discursos engañosos que, con tal de autoafirmarse, falsean la realidad!
¡Denunciamos los discursos que buscan sumir a las mujeres en la culpa y el silencio!
¡Invitamos a un diálogo abierto y transparente, por la Despenalización del aborto, ya!
Firmamos:
Coalición por la Despenalización del Aborto-Quito
La Casa Feminista de Rosa
Colectivo Mujeres de Frente
Colectivo La Pepa
Colectivo Feminista
Comité Permanente Quitu Raymi
Comuna Hormiga
Confederación de Mujeres por el Cambio- CONFEMEC
Sociedad de Artes Escénicas y Derechos Culturales TransTango
Maywa NegraMovimiento Nacional de Mujeres de Sectores Populares Luna Creciente
Coalición Ecuatoriana de Iniciativas GLBTI
Coordinadora Juvenil por la Equidad de Género
Proyecto Transgénero
Litigación e Investigación en Derechos Humanos - LID
Centro de Derechos Económicos y Sociales - CEDES
Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos INREDH
Taller de Comunicación Mujer/ Feministas por la Autonomía
P.P., Z.B., M.C. M.T. - Asamblea de Mujeres de Quito
Rosa López - Movimiento de Mujeres de El Oro
Los de a pie, Teatro
Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y Caribeñas, RSMLAC
2 comentarios:
qué decepción! enterarme acerca de ese posicionamiento de Correa ha sido una terrible noticia! me pregunto si eso piensan los "progresistas" ecuatorianos... pues estamos fritos!
yo también apoyo estás ideas de la despenalización y la práctica, por que me parece que ya es tiempo de despojarnos de apariencias e hipocrecías y ejercer nuestros derechos, derechos sobre nuestro cuerpo.
Quisiera contactarme con su organización, avisemen como lo hago.... y adelante que el propósito es bueno.
Saludos
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